Este es un diario personal aunque eso no quiere decir que sea privado. Tenía al menos un par de años pensando en dedicar a grabar un podcast y el confinamiento del 2020 fue el momento perfecto para cristalizar este pequeño proyecto.

Transcripción del Episodio 00 ( o una versión muy parecida)

Bienvenidos amigos. Soy Mariángela Velásquez y esto es Palabra Franca.

Hoy estoy súper emocionada porque finalmente me estoy atreviendo a grabar un podcast para conversar, compartir y drenar este volcán de emociones que llevo dentro.

Soy Mariángela Velásquez, soy periodista, pero desde siempre me he sentido una contadora de historias.

Cuando era niña entretenía a mis tíos con los cuentos de las aventuras que tenía con mis amigos imaginarios.

Luego ese fantasear infantil se transformó en un interés genuino por las historias de los otros, del relato de la realidad, de lo que le ocurre a la gente. Luego estudié comunicación, me enamoré del trajinar del reportero y a eso me dedico desde muy joven.

Tengo el placer de vivir de lo que amo. A veces soy un reflector que saca a la luz historias olvidadas, otras veces soy como un GPS con alma, que ubica y contextualiza situaciones confusas o inusitadas.

Pero este no es un podcast informativo. MI trabajo como periodista me exige narrar el mundo como una observadora, desde afuera. Pero ahora tengo la necesidad de colocar ese reflector hacia mí para rescatar las historias que guardo adentro. Y créanme que no es tarea fácil.

Los periodistas evitamos usar la primera persona. El contar desde lo que se siente, desde lo que se piensa es materia prohibida.

Eso tiene un motivo. Para informar tenemos que tomar distancia. Tenemos que mirar desde un lugar que nos permita tener una perspectiva lo suficientemente amplia para describir e informar. Pero en este espacio lo que deseo es meterme adentro para recordar.

Me doy cuenta que el tiempo pasa y he olvidado capítulos completos de mi vida. Las vivencias se me van quedando engavetadas, arrinconaditas en algún lugar de mi memoria.

Y aunque me ha ayudado mucho vivir en el aquí y en el ahora, también creo que toca echar mano de lo que he recorrido, de lo que he vivido, de esas experiencias que me han hecho ser quien soy.

Así que bienvenidos a esta aventura que para mí es como salir desnuda a la calle. Es aterrador pero a la vez me entusiasma.

Estoy convencida de que al conocer y aceptar nuestras emociones también podemos acércanos un poco más a los otros.

No tengo una ruta clara pero tengo mucha curiosidad de seguir este camino para ver hacia donde me lleva.

Espero que te interesa acompañarme para reflexionar juntos sobre la salud, el trabajo creativo, la maternidad, sobre el desafío de encontrarnos y descubrirnos lejos de casa.